En las cercanías del Harvard Restaurant, en la región de Rincón, se ha desatado una controversia relacionada con un proyecto de construcción llevado a cabo sin la debida delimitación territorial. José Luis, representante de Prensa Comunitaria, está en el lugar documentando la situación en vivo, enfrentándose a ingenieros y trabajadores que están marcando el terreno basándose en un deslinde obsoleto de 2016. Este deslinde ha sido declarado nulo, lo que invalida cualquier construcción basada en él, según el reglamento 4860 de recursos naturales.

El problema radica en que los trabajadores están continuando con el proyecto de un carril de bicicleta y un tablado sin actualizar la delimitación, y lo están haciendo en un área donde se han encontrado petroglifos. Estos descubrimientos arqueológicos, que datan de la era indígena, automáticamente paralizan cualquier obra hasta que se realice un estudio adecuado y se emitan los permisos necesarios. A pesar de esto, los ingenieros siguen adelante con las marcas, ignorando la legislación y las advertencias de la comunidad.

La comunidad local, encabezada por José Luis y su equipo de Prensa Comunitaria, ha expresado repetidamente su preocupación. Se ha comunicado con el Departamento de Transportación y Obras Públicas, y se ha exigido una asamblea comunitaria para explicar el proyecto. Sin embargo, los ingenieros han continuado con el trabajo, generando una manifestación en el lugar.

Durante la transmisión en vivo, José Luis muestra a los espectadores las marcas que se están haciendo en el suelo y los petroglifos que han sido descubiertos recientemente. Estas marcas indican dónde planean construir, pero la proximidad de los petroglifos y la falta de un deslinde actualizado hacen que cualquier construcción en la zona sea ilegal y perjudicial para el patrimonio cultural.

La situación se complica aún más con la falta de comunicación y transparencia por parte de las autoridades responsables. José Luis menciona que los correos electrónicos enviados a las autoridades no han sido respondidos y que las llamadas telefónicas no son contestadas. Este bloqueo de información ha aumentado la desconfianza y el malestar entre los miembros de la comunidad, quienes sienten que sus preocupaciones no están siendo atendidas adecuadamente.

En un momento de la transmisión, se aborda a un representante del proyecto quien, aunque reconoce la presencia de los petroglifos y la necesidad de un nuevo deslinde, insiste en que están siguiendo órdenes y que la responsabilidad de los permisos recae en niveles superiores de la administración pública. Este representante indica que la información oficial sobre los permisos y el proyecto está disponible, pero solo a través de canales formales que no han sido efectivos en comunicar con la comunidad.

La situación ha llevado a la comunidad a organizar una manifestación para detener las obras y exigir que se cumplan las leyes de protección del patrimonio cultural y ambiental. Los manifestantes argumentan que el proyecto debe ser reevaluado con base en un deslinde actualizado que tenga en cuenta los hallazgos arqueológicos recientes. También piden que los organismos responsables, como los vigilantes marítimos y terrestres de recursos naturales, intervengan para garantizar que se cumpla la ley.

Este conflicto en Rincón no es un caso aislado, sino parte de un patrón más amplio de tensiones entre proyectos de desarrollo y la preservación del patrimonio cultural y natural en Puerto Rico. Las comunidades locales, como la de Rincón, están cada vez más organizadas y dispuestas a defender sus derechos y su herencia cultural frente a lo que perciben como abusos y negligencias por parte de las autoridades y las empresas de construcción.